"En los lóbulos parietales se desarrolla el sistema emocional y el sistema valorativo. El sistema emocional esta en las 2 amígdalas cerebrales (situadas cada una detrás del ojo, a una profundidad de aproximadamente 5cm), en estas están todas las emociones que tenemos y que damos cuando algo o alguien interfiere en la actividad que este haciendo en el exterior. Por otra parte esta el sistema valorativo, este es la relación que existe entre los lóbulos prefrontales (que como su nombre lo indica esta atrás de la frente) y las amígdalas cerebrales, esa relación "física" se llama hipocampo."
Fuente: Wikipedia (tags: Cerebro)
¿No es absurdo que nuestro sistema emocional se pueda resumir en una frase tan estúpida como es "Te quiero con la amígdala cerebral"? Pues según parece, así sucede... pero -me pregunto yo-, ¿no es demasiado reduccionista limitar nuestras emociones y sentimientos a un mero cúmulo de reacciones químicas, expulsiones hormonales a través de glándulas cerebrales y descargas eléctricas? Encuentro notablemente romántico el concepto de las descargas, ya que aveces es lo que sentimos ante la presencia de algo/alguien que "nos hace sentir" (y oh, adoro el chasquido que se escucha en mi cabeza en esas situaciones, casi como si saltaran los plomos de la emoción); pero a veces el querer hacerlo todo a través del Santo Métiodo Científico resulta exasperante.
Supongo que es éso lo que me hizo replantearme todo lo que tiene que ver con mi carrera (Psicología), una "ciencia" inexacta donde se pretende pragmatizar dicho método sin ton ni son; donde se olvida que antes de los microscopios y electrodos existía un "Siento una presión en el pecho, una tristeza inexplicable, tengo roto el corazón"; donde a veces parecen olvidar que tratas con otra persona, no con un conejillo de indias parlanchín.
No defiendo el psicoanálisis, pero creo que un buen psicólogo debe de empezar por conocerse a sí mismo para ser capaz de comprender a los demás. "Nadie mejor que un loco para entender a otro loco", siempre me he dicho. Porque, al fin de cuentas, ¿no hay que estar mu loco para vivir en el mundo que nos rodea? ¿Acaso no son los locos otra cosa que soñadores diurnos? Por supuesto, hablo de una locura sin base fisiológica, es decir, nada de enfermedades mentales... ¿Acaso no es esa locura la que me hace vibrar al sentir (repito, SENTIR) una canción?
Una vieja canción de Kula Shaker rezaba: "Escucho el sonido de la batería en una melodía... sé que el momento ha llegado..." las descargas comienzan a sucederse en repetición contínua en mi cerebro, erizando el alma... sintiendo toda su armonía y perfección.
¿Reduccionismo fisiológico? Por favor...
I hear the sounds of drums....
Thursday, September 18, 2008
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