Friday, June 27, 2008

Trece


Trece segundos es todo lo que necesito para hacer girar al contrario las manecillas del reloj y ser perseguida por el conejo blanco hacia la madriguera, donde le enseñaré mis encantos ocultos por encajes de algodón.

El inquietante Frank me susurró anoche al oído que el dolor es camino del conocimiento; sentimiento primario presente en la Humanidad desde el inicio de los tiempos. Cuerda locura que a algunos enloquece de lujuria, ¿serás tú uno de esos? Sorpréndeme, me encantan las sorpresas.

Masoquismos ocultos en las sombras, pasiones secretas vetadas por el Sol; Sade lo susurraba en sus libros... no hay nada más sagrado que el dolor.

Trece segundo para hacer callar a la Reina de Diamantes y destrozarla a golpes, a mordiscos, violando hasta su alma... tal y como te destrozaré a ti en cuanto tenga ocasión...

Si no lo haces tú, lo haré yo.

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