No seré la persona que te deje ahí abajo, así que toma mi mano y deja que tire de ti; no tengo miedo, no caeré al vacío; no me lo tomo como el resto de personas que conoces. Tal vez porque algo está girado dentro de mí.
Girar, sí, hay una pieza en mi cuerpo que no encaja, y me pregunto dónde está. Es eso que te hace defectuoso, pero a la vez especial. Tendemos a ver esos defectos como desventajas, pero... ¿quién dijo que no pueden ser una virtud? ¿Una forma diferente de ver las cosas? Todo depende muchas veces del cristal con el que lo mires, de cómo lo giras... y de la melodía que suena...
Desde que me dí cuenta de eso me gusta girar las cosas y tratar de verlas desde otra perspectiva. Giro fotos, giro el plato a la hora de comer, me giro a mí misma y a veces trato de girarte a ti...
Pero ¿sabes? Nunca sé si lo hago hacia el lado correcto.
Masoquismo cotidiano.
tratando, sin éxito, de no perder la razón.
Disfrutando de mi masoquismo cotidiano;
Intentando no mirar tus ojos, intentando mantener el control.
Psicodelia con LSD caducado;
Endorfinas, neurotransmisores de la pasión;
Tus besos de mentira recorriendo todo mi cuerpo;
Epilepsia fría de sabor a vainilla, chocolate, fresa y sudor.
Sociópatas indiferentes,
Perturbables sólo por nuestro roce y el descender del sol.
La luna espía a través de tu ventana
Y vela por la dosis adecuada inyectada sin piedad.
Tus palabras crueles azotando mi oído,
Y yo susurrándome que no te quiero amar.
Muerdo tu alma, tú arañas mi espalda.
Los subterfugios ríen y se van.
Y sigo disfrutando de nuestro masoquismo cotidiano
Iluminado permanentemente por la insensatez.
Nunca fuiste capaz de confesarlo,
verdades a medias para sentir otra vez mi piel.
Mi lengua busca tu rincón más secreto,
el punto G virtual de tu interior.
Blasfemando obscenidades cuerdas,
fustigando nuestros cuerpos,
un arsenal de orgasmos sin perdón.
Mi mente sucia, mi cuerpo corrupto
Enturbiado por tus marcas de placer.
Tú sin olvidar el tacto de mis labios,
medias sonrisas, cómplices locos de atar.
Intelectuales desgarrándose a besos,
lamiendo el fuego de nuestra santidad.
Quieres que admita que soy tuya;
Un secreto, mentiroso infiel, que es de los dos.
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